sábado, 22 de noviembre de 2014

El fin del verano




No te dejara dormir,  la jauría de las llenas que nos devoran los sueños
La lluvia.  ausente aquella tarde de domingo.
Un puñado de escusas escondidas en tu mochila.
los viajes en trenes hacia ningún lugar.
Por la carretera vamos se siente el asfalto.
Las vías muertas nos dejan como trenes varados a la horilla del mar.
Con el temor de perderme  entre tu clavícula.
Frágil e  inmóvil tus ojos contemplando el despeque improvisado de aquel cosmonauta.
Ya no quedan  copas de  cristal,
Tus ganas de odiarme de saludan cada mañana.
 Entre callejones  y  avenida suspira la muerte buscando una herida.
De esas que laten.

Tarareando canciones en inglés  nos hacemos los desconocidos mientras que tu bar fue cerrado.

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