En
silencio
dejaron la sala de reuniones. La hermandad
daba la sentencia de muerte,
Siendo Juez, Jurado y testigo.
Los mismo simientos del mundo templaron cuando la hermandad
se iniciaba.
Ya
olvidadas las victorias de aquellos
años, el tiempo nos dispersó a todos
Extraños aquellos años dorados, las cervezas,
los amigos, el Ska.
Las promesas que nos hicimos, las incontables
noches.
No diré nada más.
Todas aquellas historias son ya
historia antigua
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