“Ya son las que son para ser más puntual” decía mi reloj sin vacilar
Tú aún sin llegar. Tu cabellera larga combinaba con el cielo que
se colocaba amarillo con un leve tono naranja
Mientras las
mariposas salían en plan de fuga de tus
ojos.
Interrumpiste mi leve sueño
de cosmonauta en aquel hermoso cielo.
Diciendo: el crepúsculo del atardecer, se produce porque la luz del Sol ilumina las capas
altas de la atmósfera.
Segundos después el reloj rompe
la armonía de la atmósfera
como una guillotina, que en fracción de segundos libera al cuerpo de la cabeza.
En segundos llego la noche y la oscuridad que te sigue como el desastre. como el dolor sigue al placer.
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