Amanece en la ciudad donde soy extranjero, uno más.
Hecho de más algunos bares, la biblioteca es un
cementerio de libros en silencio, solo quien se anima de asistir a la Autopsia, de
su libro favorito, es capaz de deslumbrar los misterios del asesinato previo. Horrible
cordura. La música baja, nos limita a una sensación más controlada.
Le ruido leve de
los latidos cardiacos de las víctimas, nos recuerda su aun insignificante existencia.
“De
todas maneras... ODIO las visitas inesperadas, no lo tomes personal. Punto”
Me he vuelto algo reservado. Recorro esta ciudad como si fuera mía.
No te veo sorprendió Sr. o Srta. Lector. “Hoy es jueves día de leer en voz
alta”
Los residentes de la biblioteca avanzan como un ataque
cardiaco, en un edificio abandonado.
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